30.10.11

Unas notas bohemias acompañan el paso de tacones;
medias de rejilla, y humo en los umbrales
son soporte en la noche de ajados algodones.

La esquina roma de tu cuerpo, a beber invita
las gotas de rocío transparentes,
que en empedrados ebrios levitan.

Triste el gato pasea el tejado de uralita,
sus huellas traspasan tu sombra;
y el humo se hace palpable tras la farola
que alarga tu figura mortecina.

Un cigarro muere entre tus dedos,
con mísera paciencia;
miras aquella ventana, de donde salen notas
y el reflejo dorado de un saxo
interpretando un jazz que raya el alma.

Tus pies inmóviles dubitan
si seguir anclado en la melancolía, inerte;
o lanzar una proposición milenaria
a la mujer proscrita.

Mientras dudas,
el escote de la vida te muestra tu suerte.