Todo se ve tan difícil sentir que tu eres todo para él pero el realmente no lo es todo para ti.
Te sientes prisionera en dos mundos distintos, tratando de salir de ese abismo lleno de emociones distintas, llenos de experiencias sin rumbo, sin un camino, sin un destino que te acompañe hasta el final.
De ti, todo depende de ti, aunque el cielo se cruce con el mar, aunque las montañas se vuelvan ríos, toda la vida no cambiara siempre tendrás un principio y un final dispuesto a seguir con un rumbo, con una pasión que nace dentro de ti, al pensar que fuiste derrotada por las emociones del corazón, destruyendo así el amor que tanto ansiabas, sin darte cuenta que el era tu afán, que era tu amor que era todo sin tener tu la razón.
La tierra, el mundo y tu corazón, son dos grandes fuerzas que te hacen seguir luchando y viviendo por tu destino, un destino que cada vez que transcurre el tiempo va creciendo en su manera de valorar la vida, en su manera de ser como lo eres tu.