
No hay entrega sin dolor y sacrificio.
Porque después del dolor el placer levita en mi ser.
Somos dos cuerpo y una sola alma.
Deseo de ser Tu sumisa, arrodillarme ante Ti
Y que me hagas tuya.
Necesito que me pasees por los límites de lo prohibido.
Sentirme viva, llenarme de Ti, beber tus encantos.
Llego la noche y con ella dejo salir mis deseos,
Cierro mis ojos y te tengo a mi lado
Noto tus manos en mis senos,
Juegas con mis pezones llegando a la locura del placer.
Siento, deseo y vivo por Ti…