4.5.11

♦El Deseo.



Ardiendo en esa hoguera
con llamas de agonía,
quemado por los celos,
cegado por deseo, deseo
que ama lo sensible que
sueña lo tangible,
que sueña nada más.

No hay lugar para
rencores ante semejante
amor… un revuelo de
carácter solo es humo
exhalado como fuga y
temor.

En el umbral de la
sentencia, esa tan temida
que quizás sea ilusión,
alguien busca con tesón
que se cumpla la promesa,
no es deuda, sí destino,
de una espera prolongada
que soporta un corazón.

Así mismo ha de saber que
su hastío la delata cuando
nada la conforma, cuando
el gesto se deforma y se
impone la inacción, no se
avanza sin entrega, no se
arriba sin partir a cada
paso se le otorga la
voluntad de ir.

Lo hecho en piedra
contado está,
la deuda es tiempo que
llegará,
quien debe es la vida,
quien quiera cobrar será,
quien a la vida le pida,
y esta le pagará.